
Aprender a montar después de los 40: es posible???
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Es muy tarde para aprender equitación a los 25 años? Casi me desmayo cuando leí esta pregunta en mis mensajes de Instagram. Cerré los ojos unos segundos y pensé en mí a esa edad: a los 26 aprendí a surfear, andaba en bicicleta todos los días y estaba en el peak de mis capacidades atléticas.
A los 20 y tantos podemos comernos el mundo y hacer lo que sea. Que una mujer de 25 años se haga esta pregunta habla de cómo nuestra sociedad nos hace sentir viejas desde muy jóvenes, sobre todo a las mujeres. Desde niñas vemos avisos de cremas para las arrugas y las mujeres famosas hacen literalmente de todo para engañar al tiempo (nunca lo he entendido). Toda la cultura occidental es un homenaje permanente a la juventud y todos los mensajes apuntan a que la madurez y vejez son etapas horribles que ojalá jamás lleguen. Pero son inevitables y lo sabemos.
Ahora a mis 45 no tengo la súper energía y capacidad que tenía 20 años atrás pero tengo mucha más sabiduría, perseverancia, claridad y mi cuerpo sigue acompañándome a pesar del paso del tiempo. Por eso mi práctica deportiva es menos arriesgada, más lenta pero mucho más consciente, hecha con dedicación y con objetivos claros.
Las mujeres después de los 30 y 40 años tenemos las capacidades de sobra para subirnos a un caballo y aprender a montar. Lo principal es encontrar un lugar y profesor adecuado para hacerlo, donde seamos escuchadas y no pasen por alto nuestras necesidades, miedos iniciales, limitaciones físicas -por ejemplo antiguas lesiones o condiciones crónicas-, etc.
Otro aspecto muy importante es que el lugar donde vas a aprender cuente con caballos entrenados adecuadamente, que sean mansos y dentro de su naturaleza, predecibles, y que las instalaciones sean adecuadas. Es decir: que los caminos de acceso permitan la entrada de ambulancias en caso de accidentes y que existan medidas mínimas de seguridad, como un cierre perimetral del lugar donde se hace la clase, botiquín, señal de teléfono celular, etc. Asegúrate de que tu futuro instructor tenga las competencias suficientes y que sea posible saber de su experiencia previa a través de opiniones de ex alumnos o gente conocida.
Volviendo a lo que podemos hacer después de los 40: podemos hacer lo que queramos. Aprender deportes, bailes, idiomas y manualidades que nunca pensamos que podríamos aprender es posible.
Y voy más allá: es necesario que hagamos actividades diferentes a lo que conocemos, que exploremos más allá y que nos dediquemos algo de nuestro escaso tiempo para nutrirnos, estar en la naturaleza, cultivar nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Montar a caballo, convivir con caballos y simplemente estar con ellos es una de las actividades nuevas que más vas a disfrutar, pues el poder sanador de los caballos es infinito, y una vez que lo conoces, no puedes dejarlo nunca más.